Introducción
En este artículo, damos un repaso general a la situación de EEUU desde múltiples puntos de vista, centrándonos en los aspectos que tienen mayor relevancia para las empresas internacionales que intervienen o tienen planes de entrar en este mercado.
Trataremos diversas áreas, desde la política y la macroeconomía hasta mercados específicos, identificando tanto las dificultades como las oportunidades de mayor relevancia que han surgido recientemente.
Sin duda estamos en un momento muy complejo por múltiples motivos y con un elevado nivel de incertidumbre. Conocer los detalles puede permitir tomar las decisiones correctas que permitan lograr el éxito en el que sigue siendo el mercado más atractivo del mundo para una buena parte de las empresas.
1. Política
Tras la victoria de Joe Biden, un candidato de posiciones centristas, y los graves incidentes del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Washington DC, podría haberse esperado el fin de la era Trump y el decrecimiento progresivo del grado de polarización existente en el país durante los últimos años.
Sin embargo, cuando nos acercamos al segundo aniversario de la victoria del presidente demócrata, podemos confirmar que no ha ocurrido ninguna de las dos cosas.
Donald Trump sigue liderando al Partido Republicano. Únicamente diez representantes de este partido en la Cámara Baja del Congreso (House of Representatives) apoyaron el «impeachment» del anterior presidente como consecuencia de su responsabilidad por lo acontecido el 6 de enero de 2021. De estos diez, ocho (incluyendo a Liz Cheney, una de las personas que más han luchado contra Trump en el pasado) han perdido las elecciones primarias en los últimos meses frente a candidatos más alineados con el núcleo del partido y no podrán ser reelegidos. El porcentaje de la población que tiene una opinión favorable de Trump ha aumentado ligeramente en los últimos seis meses según indica FiveThirtyEight. Alrededor del 70% de los votantes republicanos creen que Biden no ganó las elecciones presidenciales, según diversas encuestas.
Hay dos procesos en marcha que podrían reducir la popularidad de Trump en los próximos meses y generarle serios problemas legales que podrían llegar a bloquearle, aunque esto no está garantizado en absoluto. Uno de ellos es la investigación que un comité del Congreso está llevando a cabo desde hace varios meses sobre el asalto al Capitolio, con declaraciones públicas de múltiples personas ante el comité que están generando gran interés por parte de los medios. Se espera que este proceso pueda terminar durante el mes de octubre, aunque podría retrasarse.
El segundo proceso es la investigación que está llevando a cabo el FBI en relación a un gran número de documentos clasificados y relacionados con la seguridad nacional que no fueron entregados por el equipo de Trump cuando dejó la Casa Blanca en enero de 2021 según exige la ley. Aunque la investigación se desarrolla en secreto desde hace unos meses, se han conocido algunos hechos recientes como el registro de la residencia de Trump en su residencia Mar-a-lago de Florida, durante el cual el FBI se llevó 26 cajas con documentos, incluyendo algunos clasificados. De esto podrían derivarse serias responsabilidades legales para el ex-presidente, pero es de esperar que la investigación y la batalla legal se prolonguen durante muchos meses. A día de hoy no se conoce cuál pudo ser la motivación de Trump para retener esos documentos, la respuesta podría tener importantes consecuencias políticas.
En lo que respecta al Presidente Biden, en términos generales ha cumplido hasta ahora de manera fiel lo que se esperaba de su presidencia y que explicamos en el artículo Llega la Era Biden: Impacto sobre Empresas Internacionales cuando inició su presidencia en enero de 2021. Ha apostado claramente desde el principio por superar la crisis sanitaria y económica causada por COVID-19, relanzar la lucha contra el Cambio Climático y reparar las relaciones con la Unión Europea y otros aliados históricos, que habían sufrido graves daños en la etapa anterior.
En una frenética actividad legislativa del Partido Demócrata, con gran involucración del presidente y superando múltiples obstáculos, Biden ha logrado sacar adelante en menos de dos años varias leyes de gran calado que cumplen una buena parte de los objetivos de su programa electoral. Incluyen entre otras el Plan de Infraestructuras de 1,2 billones de dólares del que ya hablamos en este blog. También es muy destacable una iniciativa reciente que con el nombre de «Ley Reducción de Inflación», además de buscar lo indicado por su nombre, aplica profundas reformas encaminadas a impulsar la lucha contra el Cambio Climático, mejorar el acceso a la sanidad e introducir cambios fiscales con subidas de impuestos para rentas altas y grandes empresas.
La popularidad de Biden, medida a través del índice de aprobación fue cayendo de manera progresiva desde junio de 2021 (53%), con una fuerte caída un par de meses después tras la retirada apresurada de Afganistán (46%) y una erosión continua durante el año siguiente, bajando hasta un 38% en julio de 2022, el nivel más bajo en 77 años de un presidente tras 18 meses en el cargo. Sin duda, la elevada inflación y los problemas derivados de ella son la principal razón, por ser la mayor preocupación para más de un 60% de los estadounidenses durante este año.
En las últimas encuestas se ha notado una recuperación notable en su popularidad, hasta un 45% de aprobación, semejante al que tuvieron tras un período similar en el cargo presidentes como Obama o Clinton y superiores a los de Trump (40%) y Reagan (42%). La Ley de Reducción de inflación, la cancelación de un gran volumen de deuda estudiantil, la disminución del precio de la gasolina, la superación prácticamente completa de la pandemia del COVID-19 (que, según Biden, se ha terminado) y otros factores han ayudado en este sentido.
Todo lo dicho va a tener un impacto directo sobre las elecciones al Congreso que tendrán lugar en menos de dos meses, el 8 de noviembre. En estas «mid-term elections», o elecciones que tienen lugar tras algo menos de la mitad de la presidencia, se elige la totalidad de los miembros de la Cámara Baja o House of Representatives y un tercio de los senadores, además de los gobernadores de 36 estados (incluyendo algunos tan importantes como California, Florida, Nueva York o Texas), y un buen número de cargos estatales y locales de menor rango. De momento hay indicios de que el Partido Demócrata podría mantener o aumentar ligeramente el precario control que tiene en el Senado, según The Economist, pero parece que perderá el control de la Cámara Baja, según FiveThirtyEight. En tal caso, la capacidad de Biden de impulsar reformas legislativas se vería seriamente limitada durante el resto de su mandato, dado que no contará con el apoyo del Congreso, como ya le ocurrió al presidente Obama durante los últimos seis años de su mandato. De cualquier manera, todavía queda mes y medio antes de las elecciones y puede haber variaciones.
No hemos citado la guerra en Ucrania en esta sección, aunque obviamente está presente a diario en los medios y afecta a la política estadounidense. Sin embargo, este asunto es uno de los pocos en los que existe un apoyo casi unánime por parte de los políticos de los dos partidos mayoritarios y de la ciudadanía a las iniciativas del gobierno. Biden ha apoyado de manera decisiva a Ucrania por todos los medios a su alcance (sanciones, ayuda militar y de inteligencia, ayuda económica, etc.), siempre evitando decisiones que pudieran provocar una escalada y una involucración directa de EEUU en la guerra. Como veremos en las siguientes secciones, el impacto sobre la economía y los mercados es significativo. Por otro lado, existen dudas sobre la sostenibilidad del apoyo estadounidense a medio plazo, dado que ya ha costado unos 14.000 millones de dólares de gasto público.
2. Macroeconomía
Una de las variables macroeconómicas con más impacto sobre las empresas internacionales y que ha variado de manera significativa en el último año es el tipo de cambio. Como ejemplo, el cambio euro/dólar, que llegó a superar el valor de 1.5 en 2008, ha pasado de 1.20 en abril de 2021 a 1.00 en agosto de este año, manteniendo la paridad en las últimas semanas. Otras divisas como la libra esterlina británica o el yen japonés han evolucionado en la misma dirección y de una manera aún más pronunciada.
Probablemente la incertidumbre generada por la guerra de Ucrania y por el alto nivel de inflación que ha surgido en muchos países occidentales han llevado a que una vez más el dólar se convierta en moneda refugio, aumentando su cotización. Un factor adicional que ha aumentado su cotización es la serie de incrementos de tipo de interés aprobados por la Reserva Federal este año.
La fortaleza del dólar favorece la competitividad de las empresas que exportan productos y servicios a EEUU, aunque obviamente encarece sus gastos por servicios recibidos en este país y la mano de obra local contratada.
La ya citada inflación en EEUU llegó recientemente a un 9.1% en junio, el nivel más elevado en 40 años. Se ha reducido levemente desde entonces (8.3% en agosto). Las repetidas y agresivas subidas de tipo de interés aplicadas por la Reserva Federal en 4 ocasiones durante 2022 (pasando del 0.25% al 2.5%) no han tenido el efecto deseado de lograr una fuerte reducción de la inflación, que se esperaba fuera un efecto temporal pero ya está siendo caracterizada como persistente. En la fecha en la que publicamos este artículo se espera un nuevo incremento de tipos de interés para los próximos días.
Entre las causas que se citan como las más importantes de los incrementos de precios se encuentran, como en el resto del mundo, los problemas en la cadena de suministro ocasionados por las convulsiones generadas por la pandemia, junto a los efectos de la guerra de Ucrania que han afectado muy especialmente al precio de la energía y los combustibles. Algunos economistas añaden un factor no global, los enormes paquetes de estímulo e inversión aprobados por el gobierno en el último año. Todo ello es muy debatido y de hecho un análisis detallado del Washington Post muestra que las causas han ido variando mes a mes de manera significativa.
Un indicador macroeconómico adicional que debemos citar por su gran impacto sobre las empresas internacionales es el desempleo. Tras el shock de COVID-19, que lo llevó al 14.7% en abril de 2020 (el nivel más alto desde la Gran Depresión de los 1930s), la actividad económica se recuperó con gran rapidez y llegó a reducirse hasta un 3.5% el pasado mes de julio, igualando el nivel existente con anterioridad a la pandemia, que era el mínimo en medio siglo. El desempleo varía mucho en función del sector y el estado, pero para muchas empresas el reclutamiento de personal se ha convertido en un reto.
Por último, el producto interior bruto ha decrecido levemente en los últimos dos trimestres (un 1.6% en Q1 y un 0.6% en Q2). Según la definición técnica, esto debería interpretarse como evidencia de una recesión, pero no hay consenso entre los economistas al respecto dados otros indicadores favorables, como el empleo y los beneficios de las empresas. Según este artículo de Forbes, que estudia a fondo 15 indicadores, EEUU no se encuentra oficialmente en una recesión, pero los indicadores no son buenos.
Como vemos, estamos ante una situación atípica con indicadores contradictorios, con elevada inflación y bajo desempleo, habituales en una fase de fuerte crecimiento, acompañados por indicadores de una recesión que puede ser una realidad en un futuro cercano.
3. Mercados y acceso a inversores
Como consecuencia de la incertidumbre y los temores de recesión citados, los índices de la bolsa en EEUU han sufrido fuertes caídas en 2022, cerca de un 20% en el S&P 500 y casi un 30% en el NASDAQ. Esto debe entenderse en el contexto del final de un período histórico de fuerte crecimiento desde 2009 hasta 2021.
Esta caída se ha notado igualmente en el mundo del capital riesgo, donde según EY.com tras resultados absolutamente históricos en 2021 ($90.100 millones de inversión en Q4) se han visto fuertes caídas en los niveles de inversión en los dos primeros trimestres de 2022 ($78.800 millones en Q1 y $58.300 millones en Q2). A pesar de ello, se espera que 2022 sea el segundo mejor año de la historia para el capital riesgo, después de un 2021 en el que se dieron condiciones muy particulares. Es de destacar el fuerte crecimiento en el sector de alimentos y bebidas, por el interés en encontrar productos alternativos más saludables y que contribuyan a luchar contra el cambio climático. De cualquier manera, los próximos meses no serán fáciles para las start-ups que necesiten nueva financiación.
Un sector que ha caído con fuerza este año con respecto al 2021 es el de biotecnología, como explica este artículo de Reuters. El volumen de inversión y de adquisiciones o fusiones, así como las valoraciones de las empresas, se incrementaron de manera espectacular el año pasado, en el cual el número de salidas a bolsa fue más del doble del récord histórico. Sin embargo, este año los diversos indicadores van a quedar claramente por debajo y más alineados con los niveles prepandemia. Los inversores están siendo mucho más selectivos y exigentes ante la incertidumbre existente y a la vista de algunos excesos del pasado año, favoreciendo a empresas más maduras a costa de las start-ups.
4. Mayores dificultades encontradas por empresas internacionales
A las dificultades de entrada en este mercado, que hemos explorado en detalle en artículos anteriores del blog como Los 7 pecados capitales en la entrada al mercado de EEUU, se unen algunas que han aparecido recientemente o han aumentado su impacto.
Sin duda, las dificultades para atraer y retener talento local han aumentado de manera considerable. El reducido nivel de desempleo, que en la práctica es nulo para muchos puestos de alta cualificación, hace muy difícil que una empresa sin una base sólida en el mercado pueda atraer a personas de gran valía profesional y lograr su compromiso a largo plazo. Además, el shock de la pandemia ha modificado las expectativas y demandas de los empleados, que piden mayor flexibilidad y al menos un porcentaje de teletrabajo.
El tipo de cambio del dólar y la inflación encarecen aún más los costes locales, laborales y de servicios externos, aumentando la inversión necesaria para las fases iniciales de entrada al mercado hasta que se hayan logrado ventas recurrentes y fiables.
En las administraciones públicas de agencias federales como el IRS o el Department of Homeland Security, y en estados como Delaware, se ha visto en el último año un incremento significativo de los tiempos de procesamientos de gestiones (petición de número de identificación fiscal, visados, creación de empresas, etc.) y de los errores. Por ello es recomendable ser conservadores en las estimaciones de tiempos para las gestiones que sean necesarias y vigilarlas de cerca. Un dato, en la ya citada Ley de Reducción de Inflación se incluye una partida para contratar a 87.000 nuevos empleados para el IRS, la agencia que gestiona todo lo relativo con los impuestos federales.
En relación con la guerra en Ucrania, ya tratamos en un artículo reciente de nuestro blog su impacto sobre empresas internacionales en EEUU. Es una fuente de riesgos que debe analizarse (sanciones y restricciones a la exportación) pero también de oportunidades como consecuencia de cambios en la demanda y la cadena de suministro.
Por último, a pesar del grave problema de inflación, siguen percibiéndose ocasionalmente guiños al proteccionismo que transpira de vez en cuando en las políticas de la administración Biden. En términos generales la evolución ha sido favorable al comercio internacional, como se ha visto en los acuerdos alcanzados con la Unión Europea para suspender o eliminar ciertos aranceles, como los derivados de las disputas por las ayudas públicas a Boeing y Airbus. Sin embargo, en algunas decisiones se sigue invocado el espíritu del «Buy American», como a la hora de definir requisitos aplicables para poder beneficiarse de las ayudas aplicables a la compra de vehículos eléctricos (cuya batería deberá haberse fabricado en Norteamérica).
5. Oportunidades en sectores específicos
Como dice el refrán español, «a río revuelto, ganancia de pescadores». En el entorno actual de alta incertidumbre en el mercado de EEUU por las razones citadas, surgen algunas oportunidades muy considerables que pueden ser aprovechadas por empresas internacionales. Citamos a continuación algunos ejemplos.
La elevada inflación aumenta la presión sobre los presupuestos de las empresas y los consumidores, lo cual les obliga a reconsiderar a sus proveedores de productos y servicios. Esta situación crea oportunidades a empresas internacionales de cualquier sector que puedan ofrecer alternativas a precios competitivos y favorece aún más a aquéllas con costes basados en divisas que han perdido valor en comparación al dólar (euro, libra esterlina, yen, etc.). Obviamente tener un buen precio no es condición suficiente para lograr un cliente y debe ir unida a una oferta de valor completa que sea atractiva.
La escasez de mano de obra cualificada en muchos sectores es una oportunidad de gran importancia para empresas que puedan lograr subcontratos para proporcionar productos competitivos que puedan ser exportados a EEUU o servicios suministrados de manera remota. Un ejemplo es el de empresas de ingeniería que están aprovechando la escasez de profesionales cualificados en ciertos sectores y estados para, con un apoyo local mínimo, proporcionar los servicios desde otros países. Las grandes inversiones derivadas del plan de infraestructuras de Biden, ya citado, han creado grandes oportunidades para empresas de ingeniería civil.
La presión sobre los presupuestos y la escasez de mano de obra son especialmente relevantes en el mercado gubernamental, que demanda productos y servicios de todo tipo y está cada día más abierto a proveedores internacionales actuando a través de subsidiarias estadounidenses. Es un mercado que hemos estudiado a fondo en este blog a través de una serie de artículos sobre cómo lograr contratos del mayor cliente del mundo. En este momento son especialmente interesantes los mercados aeroespacial y de defensa, como consecuencia del grado creciente de innovación (vehículos no tripulados, proveedores privados de viajes al espacio) y el efecto de la guerra de Ucrania.
La apuesta decidida del gobierno federal y de muchos estados contra el Cambio Climático está generando enormes oportunidades para empresas que puedan proporcionar tecnologías que reduzcan o capturen las emisiones de gases de efecto invernadero o que aumenten la eficiencia de los procesos responsables de emisiones. El gobierno de Biden ha asumido el objetivo de llegar a cero emisiones netas no más tarde del 2050. La Ley de Reducción de Inflación incluye $369.000 millones para apoyar el proceso de conversión energética. Todo ello genera enormes oportunidades para todo tipo de empresas, desde aquellas que trabajan en energías alternativas a las que producen emisiones (eléctrica, solar, nuclear) hasta fabricantes de vehículos eléctricos y sus componentes.
Como ya hemos comentado, existe un gran interés en el sector de capital riesgo por empresas que puedan ofrecer alimentos y bebidas alternativos, que sean saludables y/o contribuyan a la lucha contra el cambio climático (sustituyendo a los derivados de animales responsables de emisiones, como el ganado vacuno). Esto es un reflejo de las oportunidades y el elevado grado de innovación existentes en ese sector, que se espera crezca de manera exponencial en los próximos años.
También debemos citar el sector de las tecnologías de la información y en particular los nichos de la inteligencia artificial y la ciberseguridad como áreas en las que sigue existiendo un crecimiento exponencial y una gran escasez de talento insuficiente para dar respuesta a la demanda y los niveles de inversión disponibles. Como ejemplo, según Fortune, las empresas de ciberseguridad tienen más de 700.000 vacantes. Todo ello crea el entorno ideal para que empresas internacionales competitivas puedan multiplicar su mercado sustancialmente si logran entrar a este mercado.
Por último, a pesar de lo indicado sobre la caída de las inversiones en biotecnología, siguen existiendo grandes oportunidades en el sector biosanitario en general. En un país cuyos gastos sanitarios por persona son el doble que en el de la mayoría de los países desarrollados (según Health System Tracker) y ante los problemas citados de inflación y escasez de mano de obra, la demanda de productos y servicios innovadores sigue siendo extrema.
6. Conclusiones y recomendaciones finales
Como hemos visto, la situación en EUU es compleja por múltiples motivos: inestabilidad política, inflación persistente, problemas en las cadenas de suministro, efectos de la guerra de Ucrania, escasez de mano de obra cualificada, fortaleza del dólar, caídas de los mercados de valores y de inversiones en capital riesgo y muchos otros que podríamos citar.
Algunos de estos factores pueden crear importantes oportunidades para una gran variedad de empresas internacionales de múltiples sectores. Como siempre, recomendamos realizar un cuidadoso estudio de viabilidad antes de apostar plenamente por EEUU, seguido de una planificación estratégica con el apoyo de expertos en el mercado, para maximizar las probabilidades de éxito.
Markentry USA colabora estrechamente con sus clientes en todas las fases del ciclo de vida de sus proyectos de entrada al mercado estadounidense, desde el estudio de viabilidad y la planificación estratégica hasta la implementación de la misma, proporcionando todos los servicios asociados.
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