EEUU aprueba su Plan de Infraestructuras de 1,2 billones de dólares, creando enormes oportunidades para empresas internacionales

Después de ocho meses de negociación en el Congreso de EEUU, finalmente la Cámara Baja (House of Representatives) aprobó a última hora del viernes 5 la nueva ley conocida como “Infrastructure Investment and Jobs Act”, o «Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleo”.  

Con 228 votos a favor y 206 en contra, la decisión tuvo el apoyo masivo del Partido Demócrata (todos sus representantes salvo 6 votaron a favor) y el rechazo de la mayoría del Partido Republicano, aunque 13 de sus representantes también dieron su aprobación a la ley. Dado que la ley ya fue aprobada por la Cámara Alta o Senado en agosto de forma mayoritaria (69-30), espera únicamente la firma presidencial para ser efectiva.

Se trata de una piedra angular de la agenda legislativa de Biden. Es un elemento esencial del plan “Build Back Better” (reconstruir mejor), uno de los pilares de su programa electoral. Estamos hablando de una inversión de más de 1,2 billones europeos de dólares (1,2 trillones de EEUU), de los cuales 550.000 millones añadidos en esta ley se añaden a gasto ya previsto por planes anteriores y reconfirmados por el nuevo plan.

Aunque el presupuesto aprobado es muy inferior a lo buscado inicialmente, es el mayor plan de inversión en infraestructuras en EEUU en 65 años. Desde el gigantesco Programa de Autopistas Interestatales de Eisenhower no se había visto nada semejante. Incluye, entre otras cosas ($1KM = mil millones de dólares, o 1 billón estadounidense):

  • $110KM en carreteras, puentes, túneles y otras infraestructuras asociadas
  • $66KM en ferrocarriles (la mayor inversión desde la creación de Amtrak en 1971)
  • $65KM para mejorar la red de telecomunicaciones de banda ancha
  • $65KM para la renovación de la red eléctrica, impulsando el uso de energías renovables
  • $55KM para mejorar infraestructura de suministro de agua potable
  • $39KM para mejoras en transporte público urbano
  • $25KM para mejoras en infraestructura aeroportuaria (pistas, terminales, torres de control, etc.)
  • $18KM para la lucha contra el cambio climático, en particular desarrollando tecnología de captura de dióxido de carbono y energía nuclear fiable y limpia
  • $17KM para mejoras en puertos marítimos
  • $15KM para promover el uso de vehículos eléctricos, con medidas como la creación de estaciones de carga y la compra de autobuses escolares eléctricos e híbridos
  • $11KM para mejoras en seguridad del transporte
  • $2KM para mejoras en ciberseguridad a todos los niveles, que se unen a los casi $10KM ya incluidos para este tema en el presupuesto fiscal de 2022

El plan lleva asociados diversos mecanismos de financiación como la venta del espectro electromagnético para telefonía 5G, endurecimiento de fiscalidad de criptodivisas y otras medidas que requerirán únicamente $256.000M de nuevo gasto neto, que contribuiría con un 0.1% al incremento del déficit federal, pero es de esperar sea compensado de manera significativa por el beneficio en crecimiento y recaudación de impuestos asociados a las nuevas infraestructuras.

La nueva ley cuenta con el apoyo explícito de más de 100 organizaciones empresariales del calibre de la Cámara de Comercio de EEUU o la Asociación Nacional de Fabricantes.

Los presupuestos asociados serán gestionados en los próximos años por los distintos niveles del gobierno estadounidense (federal, estatal y local). Una buena parte se traducirá en contratos públicos otorgados las agencias que correspondan del estado o estados en los que se realicen las inversiones. Recientemente hemos publicado el artículo «Cómo lograr contratos del mayor cliente del mundo: el Gobierno de EEUU», tema sobre el que seguiremos hablando en los próximos meses.

Esta ley creará oportunidades del máximo interés para empresas internacionales en múltiples sectores, como ingeniería civil y construcción, transporte, telecomunicaciones, energía, suministro de agua, ciberseguridad, tecnología contra el cambio climático, etc. Las nuevas inversiones tienen lugar en un contexto en el que hay un bajo índice de desempleo: 4.6% el último mes, el nivel más bajo en 19 meses muy cercano sólo 1 punto por encima del nivel prepandemia del 3.6%, que era el más bajo desde 1970. También ocurre en un momento en el que hay gran escasez de mano de obra cualificada en el país para un elevado número de sectores, especialmente los tecnológicos. Sólo en ciberseguridad se estimaba hace unos meses que hay más de medio millón de puestos sin cubrir.

Por todo ello, las empresas internacionales con capacidades relevantes para el nuevo plan de infraestructuras deben analizar las enormes oportunidades que se abren para los próximos años en EEUU.