Con muy pocas excepciones, los proyectos de internacionalización de una empresa tienden a requerir una inversión y un tiempo muy superiores a lo estimado inicialmente. En muchos casos serán necesarios 2 o 3 años antes de tener resultados que confirmen el éxito de la iniciativa. Para poder tener una previsión mínimamente realista será necesario haber completado un estudio inicial que nos dé la información necesaria y nos permita definir una estrategia que podamos planificar y presupuestar con fiabilidad.
Deben incluirse todo tipo de costes, incluyendo los recursos humanos, inversiones requeridas, costes de consultores externos, licencias, abogados y contables, oficinas, viajes, y una larga lista de factores. Será necesaria una cuidadosa planificación financiera para garantizar la continuidad del proyecto incluso en los escenarios menos optimistas.
Pero igualmente es imprescindible tener en cuenta en la decisión los beneficios intangibles del proyecto. Entrar en mercados de prestigio como el estadounidense tienen un efecto multiplicador y ayudan a la marca globalmente. Igualmente, la presencia en EEUU puede dar acceso a fuentes de recursos humanos y financieros de enorme valor para la empresa. También debe considerarse el coste de oportunidad de no actuar, si estamos descartando opciones que pueden ser aprovechadas por competidores que podrían permitirles crecer y arrebatarnos en el futuro parte de nuestro mercado de origen.